Aquí y ahora

misterioso y equivoco mundo en el que andamos

viernes, 15 de febrero de 2013

Despertar


A un lado de la cama Juana veía avanzar la mañana, el sol se colaba por todos los huecos de la chapa y las ventanas para acariciarle la cara llena de lágrimas.
Tirada en el suelo sentía la dureza de las baldosas que le alisaban la cola y la espalda mientras pensaba en su hermano. Lo extrañaba, y mas ahora que lo necesitaba más que nunca. 
Quizás por eso había llorado toda la noche. En silencio había derramado infinitas lagrimas, tapándose la boca con una mano mientras con la otra apretaba un puñado de sabanas contra su pecho, tratando inútilmente de evitar los sollozos y el temblar de su cuerpo para no despertar al hombre que duerme a su lado, sobre la cama, ese que tanto ha amado y mas ama aún, a pesar de los insultos los golpes y el desprecio.
Tantas veces él la había golpeado, se había dormido y había roncado. Tantas veces ella se había dejado caer de la cama a las baldosas y llorado hasta dormirse. Confiando en que alguna vez todo cambiaría, todo volvería a ser como antes, como al principio. Tantas veces, que el llanto le había hecho una especie de callo en su interior y durante un tiempo la ayudó a no llorar, remplazando las lagrimas por un silencio total, un silencio encarnado en ella. Entonces, solo aguantaba, muda, que el sueño la venciera de una vez.
 Así pasó un tiempo, años enteros, hasta esa noche, en la que el llanto resurgió de su pecho que tembló entrecortadamente después de tanto tiempo, esa noche todo era diferente. Esa noche, el test le había mostrado, después de la cena y minutos antes de la cama -los golpes y luego las baldosas- que ya no estaba sola, que en su interior crecía un nuevo ser, puro, divino, ajeno a todo. En su vientre crecía su hijo, la razón para volver a empezar.
Ya no se trataba de ella o de él; ahora iba mas allá, por el amor a su bebe estaba dispuesta a todo, incluso de abandonar al hombre que amaba.
“Basta Juana”, se dijo para sus adentros- “esta vez tenés que ser fuerte”. Como si hubiera dicho las palabras mágicas, dejó de temblar y de tragarse los mocos, abra cadabra, las lagrimas dejaron de fluir. Con el puñado de sabanas q aun tenía en sus manos , se secó la cara, respiro profundo y se levantó en un solo movimiento, paralizada por el miedo, estuvo inmóvil unos segundos, mirando a su amado dormir.
Con las lágrimas ahora cayéndole por el cuello y los senos esperó, no supo qué, pero por un instante, con el miedo pasándole por la espalda y la adrenalina corriendo por sus venas, esperó. Él parecía observarla desde el sueño profundo y ella apenas si respiraba escuchando el ruido que hacía el viento al golpear las ventanas, y que temía… lo despertara. 
Mientras recorría con la mirada la habitación, una energía, ajena a ella se apoderó de su cuerpo, la abandonaron el miedo, la angustia, la pena. Su hijo era en lo único que pensaba, y como impulsada por esa extraña fuerza, que parecía haber entrado por la ventana, comenzó a vestirse. Sin titubear fue hasta la cómoda, abrió el segundo cajón, sacó un par de billetes y algunas ropas, se miro en el espejo, dio media vuelta sobre sus talones y se dirigió hacia la cama, lo besó suavemente.
Salió silenciosa y veloz por la puerta de madera.
Camino dos cuadras, intentando no correr, y tocó a la puerta agitadamente, sus ojos volvieron a colmarse, llenos de destellos acuosos que no venían esta vez del dolor, ni la tristeza, sino de una ansiedad como nunca antes había sentido, algo muy parecido a la alegría, al descanso, al alivio. Su corazón parecía correr cada vez mas rápido, la vida corría nuevamente por sus venas, se sentía impaciente, eufórica. Iba a tocar de nuevo a la puerta que se abrió esquivando los nudillos rojos por el frio, para dejar ver el rostro aún dormido de Leticia, amiga de toda la vida, hermana, compañera. Que atónita, veía en Juana toda la vida que alguna vez había apreciado tanto en ella, la veía como hace años que no la veía, como cuando de niñas, ambas corrían lejos y agitadas compartían uno a uno los secretos, como ahora, que solo bastó verse a los ojos para que ambas entendieran todo. Leticia dejó escapar, junto al abrazo, un suspiro, como una especie de agradecimiento.
Casi corriendo entraron a la casa, en un instante, un pestañar, ambas estaban sentadas a la mesa, sobre la cual reposaba un bolso improvisado, un vaso de agua a la mitad, y la mano de Leticia boca abajo aplastando un sobre de papel madera. “agarrálo y no digas nada, no es mucho, pero te va a servir mucho más que a mí". Fueron las primeras palabras de aquella mañana, Juana estalló en el llanto y Leticia corrió a su lado, la abrazo y le beso la frente quitando de ella, con una caricia, los pelos sudados y aplastados.
“todo va a salir bien, todo va a salir bien”, le repetía al oído como para asegurarse de que la escuchara, Juana levantó los ojos turbios y ciegos por el agua salada. “estoy embarazada”.
Leticia tubo que aferrarse fuerte al cuerpo tibio de su amiga para no caer, respiro hondo y sin soltarle las mejillas, se sentó en la silla más próxima, quedaron casi tocándose con la nariz, por unos instantes, lloraron, rieron, gritaron y se abrazaron. 
Leticia miro por la ventana, “ahí está el taxi, tenés que irte ya” le dijo volviéndose hacia ella mientras escuchaba los bocinazos que llegaban atreves del pasillo q daba a la calle. 
“andáte derecho a la terminal, llamalo y tomate el primer micro q salga para allá Juana”
Juana se puso la mochila en la espalda y la miró por última vez, quiso decir algo, gracias, tantas cosas, pero no podía, Leticia le agarró el hombro, y le hizo dar media vuelta. “andate Juana, andate...y por nada, escuchame bien: por nada en el mundo vuelvas a mirar para atrás. Haceme caso una vez aunque sea". Ambas rieron, pero Juana ya estaba a mitad del pasillo, abrió la puerta y desapareció al cerrarla.
“a la terminal por favor. Por el camino mas rápido, estoy llegando tarde”.
El chofer miró por el espejo y le sonrió cordialmente.
Juana abrió el celular y apenas pudo marcar el numero que tenia anotado precariamente en un papel, del otro lado del teléfono, la voz de miguel se quebraba en mil pedazos al escuchar que su hermana se venía a Montevideo, que estaba subida en un micro directo, y que llegaba a las seis de la mañana.
La llovizna apenas empieza a caer, vuelve las hojas más verdes, el asfalto más azul, Juana pone las manos sobre su panza y cierra fuerte los ojos. Primera, segunda, el colectivo toma velocidad y se pierde en la neblina.

Mensaje express

La cosa era simple, todo habia empezado una tarde hace como dos años, llovía, y yo estaba contento. Iba en el colectivo hacia mi casa, supongo que alguna cosa leía, pero no recuerdo qué, solo recuerdo su cara; estaba llorando, aunque intentaba ocultarlo, los ojos le brillaban y a cada instante una lágrima traviesa, se escapaba y resbalaba hasta mojarle las manos. No se muy bien que fue lo que pensé en ese momento, no se si su ahogado llanto fué lo que me conmovió, o el sentirla cerca, más cerca que el resto. Como si lo que a ella le pasaba, me afectara a mí directamente. Pero algo en ese momento me impidió seguir leyendo, me obligó a escribir sobre un pedazo de papel: ¿por que llorás? Me ponés triste, ¿no ves que afuera llueve?. Respiré hondo, dejé caer el papel sobre sus rodillas, y me apresuré a bajar del colectivo, en cualquier lado, pisé tierra firme y me dí vuelta, la vi en el interior, através del vidrio, aún leía, giró hacia mí para verme directo a los ojos, yo: totalmente mojado y con barro hasta los tobillos, no pude más que reir. Secó sus lágrimas con el puño de la camisa y me regaló una sonrisa que se perdió en la espesura de la lluvia.
Durante algunos minutos, me quedé inmóvil, aquella sonrisa me clavó en el barro –hasta arriba del tobillo-. No me quedó otra que levantar la vista y dejar que la lluvia me mojara del todo. Sentí pena por los demás, por mi, por todos aquellos que no reciben una nota en el momento en que la necesitan. 

domingo, 27 de febrero de 2011

capitulo uno: huellas

Se levanta totalmente sudado, esta vez no soy yo, ni alguien que se me parece, está todo mojado, las sabanas húmedas y la almohada babeada. Se acomoda en esa acuosidad helada y tibia simultáneamente, retenido aún por algunas imágenes dormidas, recuerdos nocturnos, y una leve sensación de placer en las piernas y en el torso, una certeza de haber soñado maravillas.
mira los techos, las paredes y parece que la realidad abunda, está hoy, especialmente en todos lados, la mañana fría, la heladera vacía, la alacena, y los mediodías. Se refriega contra el colchón y la sabanas torcidas por ultima vez antes de abandonar esa espeluznante y mullida situación. Enciende los días, se mira al espejo, se suena los mocos, escupe dos veces y se lava los dientes.
El mundo nada allí, justo donde él está parado; el par de medias, la lluvia que apenas cae, el monitor apagado, la ventana en el pasillo... el cielo nublado, excitante, el suelo mojado también nublado.
Mientras hierve el agua recuerda algunas cosas, el sueño, lo que pasó ayer... se le mezclan ambos en la taza de mate cocido y la tostada con miel.-Ella jugaba en su cama, él escapaba de cualquier lado, de todos lados, ella lo llamaba y llamaba siempre de regreso aquí, él que dudaba, siempre dudando volver, pero cómo le gusta cuando ella lo llamaba a cualquier parte, a ningún lado.
una escena muda, cargada de palabras, empalagada de ideas y llena de pensamientos... algo totalmente aburrido para cualquiera que mirase de afuera, una idiotez en baldes y palanganas de goteras viejas. una leve, leve especulación del destino, a dónde querrá llegar quien dice y quién cuenta.
en un momento, las cosas cambiarán abrupta-mente, el silencio se corta en tajadas, rebanadas de aturdimientos en toda la habitación, que hace tan solo unos instantes parecía en calma,
todo se vuelve caos... el ropero, su cara, las cenizas apagadas de tantos cigarrillos rotos, el cenicero. De pronto todo parece hundirse en un lago de neblinas turbias, algo que no puede ser bueno o bello de ninguna manera. Todo, una vez resuelto, acomodado dará como resultado un algo totalmente nefasto, un asesinato, una muerte horripilante o mucho mas tenebroso, los pedazos de memorias, las partes que recuerda, todo le hace temblar el ombligo, le da nauseas, nada compacto, todo es ganas de vomitar y explotar de cabeza.
ni siquiera quiere recordarlo todo, terminar el rompecabezas, pero es inevitable, las paredes son mapas, los pisos muestran las huellas, la puerta del ropero semi-abierta y la corbata roja colgando entre las sillas, esa campera debajo de la mesa,- no es posible detener el tiempo, guiar la realidad a cualquier otro confín de la galaxia, dejarlo todo entre neblinas, vivir con lo que hasta entonces sólo recuerda, imaginar el resto, vivir con esa angustia, eludir lo inevitable, la reacción a no sabe-ni quiere- todavía cual acción, la consecuencia que lo aterra y convulsiona contra la inamovilidad de sus músculos entumecidos. volver a la placida sensación de vida dormida, de realidad consagrada, la quietud de los días que corren, la rutina, aunque sea la rutina.

martes, 8 de febrero de 2011

Holas al hoeste

no me acuerdo por que abri esta entrada, venía re enbalado.. tenia el titulo... la primicia, una idea brillante, y me tropecé con una pestaña, cai en el vacío, como un buey al cesped, con la pera adelante, y las manos atadas, la silueta mojada, la nariz torcida

sábado, 4 de septiembre de 2010

es justamente eso. aunque no lo creas. y ni si quiera lo entiendas

que manera de escribir cosas que digo para mi mismo. y no es que me entienda cuando escriba, ni que cuando escriba entienda lo que digo, sino que busco una forma, un deseo de que así sea, o que de otra manera... no importa lo mas minimo, me desago en papeles, en tinta y espacios vacios, miro en silencio, pienso, especulo, descubro, y espero... juego, y sigo aqui, frente a este montón de letras apiladas, que se amontonan en palabras dichas al oido de alguien que no está, de alguien que no quiere oir, o que realmente ni siquiera existe.
pero tampoco me importa, aqui no voy a encontrar nada, o al menos eso es lo que intento, es una nueva receta, aqui se inventa algo nuevo, nace lo puro, lo que sea posible, ahora es ésto: una vez más; yo. mañana... quién sabe, Un agujero en medio del techo, un valde con agua.
El sonido de una gota, de mil gotas en una noche, supongo que afuera llueve, ahora dudo hasta de mi, lo mismo escucho el silencio, que me implora respuesta, una accion o dejar de hacerla, actuar.
si estuviera en otro lado, preguntaria en que carajo estoy metido, o que mierda es lo que debiera de hacer, pero ni la noche es aquella, ni yo estoy aqui por eso, la pregunta se vuelve miles, y por que habre yo, venido hasta aqui? haber dado con esto?
otro punto y aparte, aunque siga la noche que acaba de empezar y está a punto de acabar, no es que tenga sentido, pero recuerdo algo de hace mucho, sabor a boca y gusto a no se qué, o si recuerdo, pero no se como se escribe... cuando te dá nervios la cercania, y se quiere salir corriendo pero estás justo en el lugar en el que quisistes estar, cuando la sangre hierve y no queda mas que improvisar, ahí cuando la vida se agolpa en el pecho y estalla en el aire algo dentro de mi, y las palabras salen dobladas, demasiadas altas, o muy bajas, pero justo como debieron ser, cuando el silencio ahoga pero respira el espacio, y te suelta de golpe un algo hacia la nada, un segundo fuera y un instante en el que se vence cualquiera sea el enemigo, cualquiera sea la distancia,
y salto hasta alcanzart, aunque tu no sepas, lo que ha costado llegar a tu lado. y ahi es en donde creo que estaba... un monton de años mas tarde, pero ahora, en el colchon con las sabanas, y la gotera en el valde, la lluvia que pasa hasta adentro, y salpica los libros que quizas deba levantar del suelo, pero tengo frio y las medias quedaron lejos, y a mi lado duerme alguien, que no me atrevo a despertar, estoy en otro lado, he vuelto a serle infiel y no es posible que lo entienda, prefiero mejor asi, no es gran cosa lo que pierdo, son todas paginas ya leidas, se arruina un cuaderno de notas, un monton de dibujos, tal vez una agenda y no alcanzo a ver que mas, el silencio, como dije abunda, pero aqui no existe, hay un humo tenue, un sonido espeso y un aire partido en dos, hubiera preferido seguir en otro lado, o volver el tiempo como hacia de niño, que hacia una y mil veces las mismas cosas de nuevo, una mañana de hace dos meses, me acuerdo de mi, que tenia otra forma, y hasta otro nombre tenia , un sol diferente y tal vez era otoño, totalmente nublado, no hay olores cuando recuerdo, o el olor se traduce en palabras, y entonces no cuentan. de nada sirve... decir claveles, saumerios, peperina o marihuana, lo mismo dá madera, acerrin , tronco cortado, sonido en el aire, musica de violin.
una guitarra punteada, rasgada y arañada en tiempos enteros de diferentes maneras, crepitar de perfumes que vuelan en mi mente mezclando un color con alguna textura, y quisiera estar loco o cuerdo, pero diferente de esto que pasa hoy o mañana,
arrancarme de esta almohada,
romperme contra una pared de ladrillos,
pero explotando en algo o en mil estados,
llegar a ser nada y dejar de existir ahora y de una exquicita y seductora manera, si es que eso se sentiese bonito,
estallar en mil formas,
, soy invisible si quiero, pero aun asi la gente me ve siempre,
no me cree cuando digo, que puedo desaparecer si lo quiero, pero es que no quiero, aunque sepa que puedo,
romper el hielo en el espacio,
cortar el fondo del mar en pedazos, amarrar la punta del cenit en los dientes
y golpear con los ojos aquel horizonte
para cambiar su color si quisiera o demorar la luz en el cielo
aunque no sepa si existas, y si existieras no estoy hablando con vos, sinó con lo que flota, esto es entre yo y mi. cuando lo digo me suena ridiculo, casi dejo de escribir ahora, pero no quiero hasta que acabe, aunque sea nunca, aunque quede por siempre, palabras totalmente usadas, repetidas, no quiero mentirte, trato de no hacerlo, pero acaso sera verdad alguna palabra? hoy llueve en la noche, o ésta noche está lloviendo y se mojan los libros que salpican las gotas al caer en el balde, quizas tengas razon, y yo sea un idiota, y de que sirve todo esto y por que no me dejo de romper los telefonos, y quizas eso sea una verdad, pero de que serviria dejarlo, tampoco daría los mismo, pero quizas me sienta bien cuando acabe, quizas, quizas, quizas, quizas... cuando te mire a los ojos, de cerca y me escupas la cara, o me beses la boca, aunque no tengas nada que ver desde un principio y sea yo el que no exista, a pesar de estar ahora, usando tu nombre, por que no tengo nada, y los libros se mojan, y son lo poco que me queda, aunque me guste mas la idea y las hojas mojadas,
y me seduzca la pena que me dan las tapas dobladas, las letras torcidas, y la tinta corrida, como casi sin quererlo-queriendo, dejar libre de accion el espacio, mantenerme inerte al movimiento,y girar fijo en un punto movil que avanza en un abismo de cosas, (si, cosas) que invento pero que carecen de vida, de magia, por que si fuera inventor otra, seria la historia, pero ahora solo nombro, y me desespera la idea, me golpea en la cara lo que no tiene remedio, aunque sepa que todo lo tiene, y me toque ser ahora, un mago sin su magia, un ladron que ha sido robado, y me duela en la panza el moreton que me hiciste, y sepa en el fondo que no tienes nada que ver con nada de todo esto o aquello, pero te uso, como ultimo y como primer recurso, por que no es nada el moreton si revelo que me lo hice tan sólo solo., cayendome al piso.
se vuelve torpe la realidad misma si no te pongo en ella, si no te dibujo en el aire, si no te pongo colores, si no te vuelvo mi complice, se desvanecen las cosas, si, las cosas, aunque parezca mentira. lo mismo no miento, aquella mañana me despertó las tres de la tarde, el sol que entraba por el mismo pedazo de techo faltante y por el cual entran las gotas que caen.
me daba en la cara, por que en otoño el sol se inclina al noreste, y me pega en la cara, como dije hace un rato, o precisamente hace unas cuantas palabras, y me gusta dormir cuando pasa, y me tapo los ojos, y le niego el derecho al dia que me quita los sueños,
pero esta tarde es diferente, inconclusa y sin final, totalmente diferente por que me levanto en el instante, y corro apurado, para no hacerme pis encima.
pero luego el problema, es precisamente que despues sigo apurado, sin saber por que, y aun ahora lo estaba cuando hacia el amor con ella aunque te moleste o nisiquiera te importe, lo nombre. corri a la habitacion contigua y jugue al juego que jugabamos siempre, te atrape en la ventana justo entonces cuando te escapabas, y yo me reía solo, como un loco que se hace el cuerdo, sin estar de ninguna de las dos maneras, tan solo jugaba, hasta que me dio el hambre, y entonces empezó todo.

martes, 22 de junio de 2010

Desesperada de amor

Desesperada de amor, apagó el cigarrillo en el plato lleno de carozos de aceituna. Se puso la bufanda azul, y cruzó la puerta sin llevarse la llave, dejo atrás el calor de la siesta en verano, en Guemes, en su casa. Y caminó en el calor del verano, en la calle, en Guemes.
Cruzó las esquinas sin contarlas, y dobló a la derecha en Alvear, a la izquierda en el boulevard, y se subió a un colectivo. Salió a buscar a su amor, a la calle, a algún lado. El colectivero tenía los ojos azules, una gitana le dijo un díaa: “el amor de tu vida, tendrá los ojos azules” No, no estaba tan desesperada, se bajo en Maipú. Siguió caminando y se detuvo en una fuente. ¿Para que mierda traje la bufanda? Me olvidé las llaves. Miró hacia arriba: el cielo que esperaba gris, le devolvió azul enero, y la vieja que venia atrás la puteo de arriba a abajo, a ella y a todos los pendejos que no miran por donde van, q desconsideración. La verdad, q desconsideración, por qué no mira por dónde camina? Por qué se trajo la bufanda y se olvidó las llaves? Que me importan las llaves. Dejó la bufanda en un palo borracho y se apoyó en la ventana de aquel bar, todos viejos, dos hombres solos comiendo flan, ninguno tiene ojos azules, un chico entraba corriendo, se tropezaba con la mesa de los ancianos comiendo pastas y ensuciaba todo con tomate y carne molida. Un espectáculo mudo, el vidrio separa la calle de la escena. Al chico lo sacan a patadas, y a media cuadra se sonríe mientras cuenta los billetes y deja caer la billetera. El tampoco tenía los ojos azules. Mientras la vieja se limpiaba la pollera, el viejo puteaba al camarero, ojos marrones. Siguió su camino, atenta a los roses, a las sonrisas, a las camisas. Mangas cortas, rayada y el pelo corto, los ojos: negros. Una pendeja estira la mano, el remisero estaciona lejos, la chica corre, el remisero arranca, la chica lo putea, los demás se ríen.
Sigue caminando, le da un poco de risa que la pendeja rubia puteara tan bien, como será su amor? Le gustara decir malas palabras? será remisero? Le da risa estar buscando el amor en la calle, pero no se le ocurre otra cosa. En el banco blanco en frente del banco, un pibe se le acerca y le regala una flor. Vos sos mi amor? Pregunta ella sonriendo dulcemente, hermosamente como ella sonríe. No mi vida…le dice él devolviendo la sonrisa, mi amor está en casa, cuidando a mis seis hijos y esperando que le lleve algo para morfar, la flor vale cinco mangos, te puede servir para cuando encuentres a tu príncipe de ojos azules (si, ya sé, él vendedor de flores también lo dijo), si no tenés plata, tengo q seguir caminando, a ver si vendo algo, gracias flaca, q dios te bendiga. No andés sola por acá de noche, que no todos andan vendiendo flores ni buscando amores.
Sola de noche… ya era de noche, y el cielo estaba estrellado, nadie le decía q el cielo estaba estrellado, nadie le decía nada de las estrellas, nadie le escribía poemas.
Hoy tampoco nadie le diría q era mas bonita q una flor, o mas dulce q la miel, o mas hermosa que anyelí yolí.
Otro día, una flor. El premio consuelo, que rosa mas bella, en la parada del 48 está lleno de gente amada, prefiere caminar dos cuadras, sentir la frescura de la noche en la piel y viajar sentada. Le tocó el mismo colectivero, diez horas sentado, manejando, como le va bonita, le dice, ella sonríe, otro premio consuelo. Se bajó en el boulevard, dobló a la derecha en Alvear, caminó sin contar las calles hasta su casa, hasta la puerta de hierro verde, de vidrios multicolores… Era bastante linda, igual que el jardín, igual que Guemes.
Subió los escalones, giró el picaportes con cuidado, no quería hacer ruido, inevitable no hacer ruido, caminó por el pasillo, hacia la luz azulada, no era el azul de la noche de afuera, era el azul del televisor de adentro. Sentado en el sillón su esposo presiona el botón que cambia los canales para arriba (el de abajo ya esta gastado). Se acerca y apoya la flor en la mesa, se sienta a su lado…lo mira enamorada y espera el saludo de siempre.
“Hola amor, a donde habías ido? te olvidaste las llaves”. Tiene los ojos azules, no disminuye el ritmo con el que aprieta el botón. Sin contestar aún, ella se recuesta, y apoya la cabeza en sus piernas y espera su mano en su pelo… “a ningún lado amor, fui al centro, a buscar algo lindo”.

lunes, 21 de junio de 2010

Como para ir calentando

Ponga a hevir el arroz, con agua abundante, pero fijesé muy bien que no se le pase, por que el arroz tiende siempre a pasarse. No se descuide un segundo, no valla a sacar la basura, ni a limpiar el inodoro. No se le ocurra espiar el canal de la novela y por ningún motivo se aleje de la cocina, observe detenidamente como hierve el arroz, eduque sus ojos y los síntomas de ansiedad, tome asiento cerca de la ventana observe el patio, o la calle, (si no puede ver para ninguno de los dos lados... apague el arroz inmediatamente y haga un boquete en la pared de la cocina, o en el peor de los casos alejesé corriendo de su casa y no vuelva nunca mas)
Es un buen momento para tomar un mate o un jugo de naranjas que siempre es mejor
una media hora antes de comer, nunca después, por que el acido herrumbra los alimentos, piense en algo lindo, por las dudas. Por que uno anda a las corridas y apenas se distrajo y se la pasa el día sin dedicarle veinte minutos a pensar en algo lindo. Si puso la cantidad de agua exacta, el arroz estará justo antes de quemarse… de no ser así mejor suerte para la próxima, aléjelo del fuego, y apague la hornalla, condimente con sal aceite de oliva y un poco de manteca. córtese un tomatito en rodajas finitas y condiméntelo con orégano, sal y aceite de oliva, pueden venir bien unas nueces peladas o una zanahoria rallada, pero es mejor que si come zanahoria la ralle antes y la deje reposando un rato con sal así queda mas tierna y sabrosa, tómese un vaso de riquísima agua fresca antes de comer, y otro vaso después de terminar de comer, si toma mientras traga, hágalo en pequeños sorbos, no se llene la panza con agua, por que la abuela se enoja, pruebe de acompañar todo esto con una o dos rodajas de pan integral, de sésamo si es posible, con algunas rodajas de queso por-salut o pategrás. Agradezca la comida, siéntase bien, sea feliz por hoy y ya veremos mañana, recuerdelé a alguien que lo quiere y regale una sonrisa aunque esta se vea totalmente forzada. juegue a algo e invente alguna cosa, escriba dos palabras en la agenda para leerlas a fin de año, camine sin zapatos un ratito y haga el amor cada vez que pueda. Coma mieL

Nota: el agua es mejor en invierno tenerla en botella de vidrio y fuera de la heladera, el agua natural en invierno es riquísima, la mas rica del mundo, la heladera le da un gusto a G.A.rbarino que dá asco. Si tiene la mala costumbre de vivir con calefacción encendida, ponga la botella en la ventana. No se pierda el agua fresca.
Las aceitunas siempre son bienvenidas. Y alguna fruta para dentro de una horita no vendría nada mal, un kiwi, o una pera! O una simple y potentísima banana.

jueves, 15 de octubre de 2009

vomitando palabras en el diario que le robe a mi ex novia

Ah pero esas cosas me pasan todo el tiempo... ayer caminaba por Chacabuco, me agache para atarme los cordones, por que siempre hay que tenerlos bien atados, y en eso pasa al lado una señora que se tropieza con la tira de mi mochila y se cae con todas las cosas q llevaba en el bolso... que, debo decir, para mi, eran demasiadas... es decir quien sale a la calle y mete en la cartera una naranja dos pares de media, unas sandalias, dos pomelos, una cuchara de plata, un espejo, cincuentaidos gomitas para el pelo(mas o menos) un peine barato, dos celulares(uno q no andaba)(o q dejo de andar al caer contra el piso, q estaba duro) y, aqui emppieza la parte rara, por que a decir verdad, todo lo antes dicho podria ser de gran utilidad si se las llegara a utilizar todas al mismo tiempo, a ecepcion de este objeto raro, que aun ahora no logro identificar y por el cual comence a escribir, ya que era de una forma muy extraña, parecia un monedero pero pesaba mas q los dos pomelos juntos y no hacia ruido de monedas, era mas bien raro, no me voya poner a describirlo por aca por facebook.. por que sonaría muy extraño, además ni se vana molestar en leer cosas raras que pasan en la vida, por que ya tenemos bastante con esto de las herboristerías y el caso del chico este en Normandía, mas bien diría yo que seria practico un dibujito, no soy muy artista, ni nunca lo he sido, pero tengo buena mano para explicar cosas raras con una lapicera, incluso en un bar, una vez, le explique a un amigo, la revolución de verenstein en dos paquetes de servilletas que el mozo tubo la gentileza de regalarme, incluso hace mucho tiempo cuando yo era mas joven que hoy, dibuje en una hojita de otoño, de esas simples de tres puntas y todas llenas de nervaduras q mas bien a uno le recuerdan momentos pasados, historias y amores olvidados o idos por las ramas, por que hay amores q, yo se muy bien lo q digo, y mas en estos temas, se van por las ramas, es decir, empiezan por amor, pero luego besito esto, q caricia aquello, que dormir juntos es hermoso, y levantarse aun mas, y que una cosa para allá, otra hermosísima para acá, una carta en no se donde, un viaje a un lugar no muy lejos pero mas bien bonito, una noche en otra parte de la ciudad, cigarrillo uno y cigarrillo otro, ambos terminan yéndose por las ramas vió, ninguno lo sabe muy bien, ambos son victimas de la bifurcación helicoidal que nos plantea la vida misma a cada instante, yo por ejemplo contando lo del mono termino hablando de mi gran amor olvidado en valla saber uno q lluvia de enero, o pensándolo mas detenidamente, en algún subte de buenos aires o mar del plata... uno debería andar por ahí con un piolín atado al zapato, que le recuerde por que salio a andar, sino los amores se le escapan o las cosas se les trepan a los árboles luego uno corre tras las cosas, se cae del árbol y termina en el medico que le pone un yeso mal puesto que termina en dos meses de agonizante dolor punzante y posibles dolores de cabeza por los calmantes q le han suministrado sin tomarse la molestia de preguntarle a uno si es alérgico a la mostaza o no, por que hoy en día la anestesia la hacen con mostaza, me lo contó el medico q me puso el yeso cuando me caí d un árbol, pero de otro árbol, cuando era niño. Pero para no seguir yéndome de las ramas, por que ya me fui bastante. Y hasta conté de la vez q me caí, termino de contar la cara q puso la señora cuando yo le alcanzaba las cosas riendo, y de la cachetada q me puso en plena cara a la altura del cachete izquierdo y Chacabuco al mil doscientos, tres o cuatro pasajeros del colectivo q miraron por la ventanilla se rieron y otros dos hicieron cara de dolor compartido, viste esa cara de que ... hayyy como dolióoo, sí, esa, yo la verdad no entendi nada, y ella me parece q tampoco por q despues de administrarme el bife o como quieras llamarlo se quedo mirandome sabiendo q se le habia ido de las manos, por que una piña asi, mas bien son para casos mas fuleros(no quiero decir que no me haya merecido unos cuantos de los segundos, ni que no los haya recibido) esto mas bien merecia un grito de mujer herida, o de desesperacion matutina, pero una cachetada sonora en la cara y en la calle fue bastante exagerado, para mi gusto, no quiere decir q la vieja de la farmacia opine lo mismo por que seguro q si le preguntas te dice que me lo tenia bien merecido. Yo de todas formas una piña como esa no se la iba devolver, hubiera quedado muy feo, aparte con eso de la violencia masculina uno ya no sabe q pensar, mas allá de lo merecido o no merecido, la gravedad del hecho se da en la incoherencia de los acontecimientos o el orden de los mismos, por que si la cachetada venia después de lo que le dije, uno no andaría quejandosé por ahí. pero también dicen que el orden de los factores no modifica el producto, yo igual me robé el pomelo, y me lo comí en mi casa con azúcar, la señora me grito de todo, pero yo corriendo si soy bueno, me quiso frenar un taxista y dos gordas con mochila, así q solté la billetera y las toallitas femeninas mas que nada para aligerar peso y aumentar velocidad, y cuando doble a la esquina ya no me siguió mas nadie, un pomelo se ve q no vale la pena... y eso un poco me hace acordar al amor y a los tiempos q corren, por q uno se la pasa escribiendo cosas, o cuidando la billetera,
pero nadie se acuerda en donde van quedando los amores que uno dejando por ahí, yo he visto hombres olvidados en la basura, comiendo restos de comidas, he visto a un señor que lo dejaron un día en una ciudad desconocida y cuando despertó no supo ni quiso volver a donde lo habían olvidado, a uno le da pena, por que alguien que no vuelve es triste dejarlo solo, mas bien hay que dejar a los q vuelven todo el tiempo, esos si que son pesados, yo ya no entiendo a los hombres de esta ciudad, andan por ahí diciendo boludeces, gilada esto, minita aquello, a esta me la cojí en san Telmo, yo a esa no la conozco, que billetera mata galán, digo yo.. no será q los galanes están hechos unos pelotudos... digo por que si a un tipo, póngale que fuera yo, si me pongo en la ardua tarea de conquistar, póngale por caso el corazón de una mujer que me gusta mucho, y en el camino, me mata una billetera, imagínese, yo paso al plano del pelotudo que encima de pobre y carente de billetera cabe justo en el refrán en el que está discurriendo, no estoy diciendo q me mate una billetera sino que si en el supuesto caso, de querer conquistar a una señorita me encontrara con un tipo con billetera y este me golpeara en la nuca con dicho objeto. O en el caso de que al querer acometer el hecho me topara yo con un tipo adinerado que invitara a la señorita a un viaje por Europa y vino blanco con chocolate coco y ostras todo junto. Entonces seria un galán eliminado o fuera de carrera por una billetera, es decir billetera mata galán, pero eso solo cabe en los supuestos, por que si la historia se diera en rondeau y san martín, o en algún bolichon de por ahí, los tipos con billeteras no andan conquistando señoritas. Ni matando galanes, no es que yo sea un galán, ni mucho menos, mas bien soy algo así como un pato vegetariano, que vaga errante por las veredas de la peatonal cordobesa, buscando restos de galletitas gran Diet, o panchos sin salchicha, por suerte la gente sigue arrojando la parte posterior del pancho, me refiero al culito ese q dejan algunas personas a las que le sobran los panchos o la plata para comprarlos. No por juzgar, sino por que yo me lo como todo, ecepto la salchicha... yo odio la salchicha, y a los perros salchicha también, me parecen de una vulgaridad q no tiene nombre, es decir, que piensa una persona al adoptar un canino con forma de salchicha que se tropieza con sus orejas y se la pasa persiguiendo patos que no le hicieron nada. Yo a decir verdad y para aprovechar el momento prefiero no decir mas nada, y terminar con toda esta payasada, sabiendo que no tiene ningun sentido por que aunque alguien lo leyese de punta a punta: Nadie entendería lo del pomelo.

Mojado (Llueve sobre mojado)

Cuando me acorde que tenía el pucho en la mano, era demasiado tarde para hacerle la última seca, miré hacia arriba: la lluvia hacia vibrar las luces del centro y entraba en los zapatos hasta bien adentro de las medias, algo inevitable a estas alturas de la noche… y de la calle caseros que parecía invitarme a seguir el recorrido nadando o en canoa. Como no tenia una, y mi estilo mariposa deja mucho que desear, seguí caminando con el agua hasta las rodillas. Algo en mi había cambiado un par de horas atrás… justo antes de que la lluvia empezara a mojarme, si, justo antes de que la lluvia me mojara por culpa de la chica ésta, que no quiero nombrar ahora, pero que coincidentemente viene a llamarse Lluvia. Como llueve, debe hacer años que no caía tanta agua en la ciudad, justo ahora que ando penando sólo por estas calles abandonadas, justo ahora en mi cumpleaños, justo en la noche más fría del año… Es para una novela, pero cómo, cómo hago para no nombrarla, a ella y a como decidió de un día para otro irse a Croacia, con un sueco, en mi cumpleaños, decírmelo así, “me voy a Croacia”, a vos te parece ¿? (con un sueco… rubio desabrido, ni que fuera Brad Pitt) como hace uno para no hablar de eso, como hace uno para no mojarse con esta lluvia ¿? Con su pelo, con sus dedos…? Cómo hago para cruzar la calle?, la Vélez Sarfield parece el río Paraná, mirá, ahí pasa un pedazo de árbol con forma de canoa, y esa otra.. Podría usarla como remo, no, ya estoy delirando, seguro que si lo intento termino debajo del Peugeot ese que está en la esquina. Mejor sigo por rondeau, mejor sigo hablando de Lluvia, recuerdo la primera vez que la vi, venía corriendo hacia mí, el brazo derecho repleto de libros que apretaba contra su pecho, el pelo suelto, ondulado-rebelde, inquieto, el viento en la piel, los labios. El Amor a Primera Vista, o al menos lo mas parecido que me ha pasado, recuerdo que corría muy rápido, se le movían las tetas, me hacía señas, yo, en una especie de nube a la altura de la parada, no pude percatarme de que venia corriendo el colectivo y de que las señas eran precisamente para que yo lo detuviese… Recuerdo su cara y las puteadas que debe haberme dedicado mientras yo la miraba encenderse un cigarrillo, sabiendo que el próximo no vendría hasta dentro de media hora, mínimo, como imaginar en aquel momento que ella seria la culpable de todo esto, el arquitecto de mi alienación, el monstruo de mis pesadillas y la protagonista de esta mala película de amor hollywoodense, en la que todo tiene un gusto mas amargo, mas dulce. Creo que puedo acordarme de cada momento a su lado, caminando por la orilla de la cañada, las noches enteras en la terraza de cualquier edificio, las mañanas en algún bar de Rivadavia. Su cuerpo desnudo frente a un espejo de hotel, lleno de deseo, implacable deseo, ninfómana incurable, como hiciste para convertirme en este cuerpo flotante que vaga por las calles como si fuera un pedazo de cartón olvidado bajo la lluvia. Antes de ella no entendía a la gente q caminaba de la mano, o que sonríen abrazados mientras alimentan a patos gordos, que flotan en lagunas artificiales y putrefactas, no entendía como hacía una pareja para estar sentada en un banco de plaza bajo la lluvia torrencial de julio. Ahora (aún bajo, y dentro del agua, que parece, va a caer hasta amanecer) sé que ella no entendió Nunca nada, ni antes, ni después de mi, fui t
tan sólo un lindo recuerdo para acumular en repisas repletas, puedo imaginarme: una foto y una etiqueta que diría algo como “Córdoba, argentina 2007; divino sexo, medio tonto, pero amorosamente dulce”.
En qué momento me convertiste en un recuerdo?.
En qué momento convertiste a este semental en un sentimental idiota que camina en la lluvia recordando momentos juntos. En que momento los remiseros y taxistas abandonaron la ciudad. Seguro que mañana caigo en cama, para colmo sin ella, y con gripe. Sin besos, y con mocos. Quién va a levantarse de la cama para cambiar el canal (ella perdió el control remoto, se lo dejo en la playa, nunca supe para que mierda lo llevó a la playa) Quién me va calentar el agua para tomar mates amargos con medialunas. No me quiero convertir en el clásico soltero de clase media que está tan al pedo que va al gimnasio dos veces al día y se compra trajes por que le sobra la plata y no tiene ganas de viajar solo. No, no pienso dormir sólo, me voy a casa de mi vieja, seguro que ella está viendo alguna película aburrida y francesa, pero me va a preparar un buen café-con-leche y me va a secar el pelo con esas toallas suyas que no se por qué huelen tan bien.
Si, me voy a la casa de mamá, hace tanto que no la voy a visitar, la extraño, y esta a dos calles de aquí, seguro le va a encantar verme.

domingo, 3 de mayo de 2009

Oscura mañana

Ella abriria sus ojos exactamente a las ocho, como todas las mañanas, estiraria por completo su precioso cuerpo, miraria hacia la ventana buscando ese ruiseñor, ese que la visita y le canta una cancion diferente cada dia, apoyado en las ramas de un eucaliptos alto y gordo, lleno de hojas perfumadas, ella le regalaria una sonrisa a modo de trueque, luego, con el esfuerzo propio que amerita abandonar aquel mundo de algodón y plumas en las que viajamos y amamos tan intensamente. Abriría la ventana para dejar entrar el exquisito aroma a los jazmines que habitan su jardin y que acompañan esa suave brisa que entra y le acaricia la frente desnuda, sin alcanzar a despeinarla. Solo después de degustar aquel aroma, cada flor y todos los arboles, en suspiros interminables, rodearía la cama buscando su ropa interior y alguna remera corta, que fuera cómoda para estar en la casa, para ir al baño y cepillar cada uno de sus dientes y lavarse con abundante agua fria.
Recién entonces abriría bien grandes aquellos ojos claros como el dia, para verse en el espejo, y sonreir hermosamente hacia ella misma, hacia su cuerpo entero, adorando su bella cabellera, y sus largas piernas aun desnudas que acaricia para comprobar que aun sean suaves como ninguna otra, luego levantaria la vista para encontrar nuevamente su rostro reflejado que mantiene aquella sonrisa, esa sonrisa tan hermosa y a la que tanto temo. Por que esa sonrisa así, tan bella e inocente como aparenta; esta cargada de engaños y mentiras, esa sonrisa esta motivada por mi, por nosotros, por todos los hombres a los que sedució, enamoró, y luego, después de promesas, sábanas y mas besos, condenó a este infierno adornado con camisas, fotos y calzones suyos.
Sonrie maliciosamente una vez mas antes de cruzar el dormitorio para llegar a la cocina, desayunar una taza de café, naranjas y pan con queso, mirar el gran reloj que adorna la pared de la sala para darse cuenta de que llega tarde, entonces deja la taza sucia en el lavaplatos, se enjuaga las manos, vuelve a cepillarse los dientes, toma las llaves, y se dirige a la calle, pero antes de cerrarla por fuera, vuelve a entrar, con el aire de alguien que ha olvidado alguna cosa, se dirije al dormitorio, abre la puerta de su enorme ropero, y, me mira a los ojos, se asegura que las sogas sujeten bien mis manos, y las de mis compañeros, toma su abrigo rojo y se marcha guiñandome un ojo.

Marcos

Globos… guirnaldas.. chicitos baratos… una piñata y mucho jugo preparado en jarras de plastico, tomas cumplia siete años, toda la familia estaba presente, y tambien todos los amigos de la infancia, todos los vecinos, menos marcos, marquitos su querido primer y mejor amigo del mundo, no estaba ahí, mientras sonaba de fondo el infaltable “que los cumplas feliz..”, recorria los rostros alumbrados por las siete velitas que brillaban a mas no poder, pero no encontraba a marquitos, de fondo la oscuridad reinaba, debia pedir sus tres deseos. Habian dejado de cantar, y de nuevo vuelto a empezar… “que los cumpla feliz.. que los cumpla feliz, los tres deseos, marcos no estaba ahí… a lo mejor… si usara al menos uno de ellos, quizas pudiera traerlo a su lado, desear que marcos estuviera aca para apagar las velitas juntos, como antes, ademas el camion bronco o el muñeco del batman no eran tan necesarios, podria pedirlos en reyes, nada era tan necesario como que marcos estuviera alli, pero en el fondo el sabia, tenia solo siete, pero entendia ya muchas cosas, incluso entendia muchas mas de las que nadie sabia… solo marquitos, el si sabia…ambos sabian que el mutuo deseo de estar juntos en ese momento, (marcos tambien deseaba mientras miraba por la ventana el cielo azul) no bastaria para vencer a su padre, para hacerlo comprender que no puede decidir quien viene a la fiestita y quien no, sabian que aunque desearan desde bien adentro, desde la maquina, el motor que impulsa la sangre atravez del cuerpo, jamas lograrian romper con el absurdo e inquebrantable poder de su padre. Entonces supo que era lo que realmente debia desear , junto fuerzas, miro hacia las estrellas, luego a su padre que portaba una camara de fotos en la mano, y de nuevo a las estrellas. Para cuando habian terminado de cantar por segunda vez el cumpleños feliz el ya habia renunciado a sus tres deseos de ese año a cambio de uno solo, alzo la mirada, para darle tiempo a la foto, y luego soplo con fuerza pensando para sus adentros; que solo pedia estar toda esa tarde con su querido marquitos, solo esa tarde, que su padre le diera una sola oportunidad. Las siete se apagaron de una sola vez para el asombro de su madre que le habia pedido a don Hugo que fueran de las que se vuelven a prender, ella jamas entenderia que don Hugo no tenia la culpa, que las velas no volveria a prenderse con semejante fuerza de deseo. La luz volvio a prenderse, y las ventanas a abrise, se acabaron los aplausos impacientes y se corto la torta de chocolate que estaba muy rica, lastima que don Hugo… bueno en fin, era una rica torta y todos disfrutaban de su porcion envuelta en una servilleta de papel que no evita que las manos y narices queden repletas de dulce de leche.
Todos acudieron en torno a su padre al verlo aparecer con un chancho de papel enorme, y seguramente repleto de caramelos y pequeños juguetes de plastico rojo, verde y amarillo. Todos peliaban por el mejor lugar, para apoderarse de todo lo que saliera de la panza de aquel animal inanimado que ahora colgaba de un arbol y esperaba ser golpeado para reventar, zas!.. un golpe certero y la harina baña las cabezas de los niños que ya estan en el pizo, buscando sorpresas, empujones y tironeos, los padres que piden inútilmente tranquilidad, todos en el pizo, todos menos él. El sabia que debia ayudar a su deseo y entonces solo tubo que dar el golpe justo para acabar con la piñata y, aprovechando el disturbio, los ruidos y la ceguera momentanea de su padre, para tomarselas por la puerta abierta a la calle, corrio como nunca, sus piernitas le quedaban cortas para semejante velocidad… impulsado por ese deseo, por la amistad, por el amor hacia su más-mejor amigo, corria hacia la estacion abandonada, en la que tantas veces habian jugado, en las que tantas veces se habian refugiado de sus padres y su fusta, de sus madres y su llanto, corria hacia la estacion, hacia marcos, que sin sospechar semejante sorpresa, ve atravez de la ventana de vidrios sucios y rotos, a su amigo, a tomas que levantando una nube de polvo a su paso llegaba y se sentaba a su lado, secandose las lagrimas y extendiendo el brazo que sostenia una porcion de torta aplastada entre sus dedos.

Este cuentito se lo regalo a marquitos... uno de esos amigos que ya no estan a nuestro lado pero que siempre nos acompañan.

Julia

El recuerdo no estaba completo, las imágenes no eran del todo nítidas, todo se mezclaba al compás de la música que sonaba de fondo. Sí, eso debía ser, la trompeta era el motivo de que los recuerdos bailaran. El jazz hacía que todo aquello pareciera un recuerdo. Era un recuerdo, no podía ser algo que estaba pasando, no podría tratarse de un sueño, él estaba conciente de lo q hacía, y de todo lo que sentía, pero no alcanzaba a saber que estaba por hacer, era como la vida. Pero su mente, traducía recuerdo, las trompetas sonaban a recuerdo, toda la habitación era un recuerdo. Esa imagen de miles Davis en la pared, eso sí que era un recuerdo. Pero por qué no sabía que estaba a punto de hacer con aquella pared? Por qué no sabía que en unos instantes, tomaría los pinceles, y pintaría su propia imagen sobre el ladrillo, del bronce vibrando, del rostro improvisando alguna habitación de humo y noche añeja. Por qué sabía como sería aquella pared? Como se sabía horas enteras recostado en la cama mirándola: su pared pintada, su pared-jazz. Como se sabia con julia? A su lado. Quién era julia? Es algo futuro? algo que estaba por pasar? No, Julia, la cama, el jazz, eran recuerdos. Qué jazz? El que sonaba de fondo? Todos recuerdos. Cada otoño con sus besos, la sonrisa, sostener juntos el aire con aquel rostro que emana música por los poros. Competir hasta reírse por un premio sabido sin palabras, sin reglas, sin testigos. Sabido sólo por ellos (aunque en el fondo, no podía evitar preguntarse de qué se trataba aquel premio) Sabido tan sólo por ellos dos, sabido por él y ellos dos, por qué la suma daba tres? Si solo eran él y julia, los besos, la tarde y el sueño. Pero julia estaba ahí, y él era mas joven aún, tenía el cabello recogido. Quien era él? Por qué sabía como se sentía acariciar la piel morena, los senos pequeños, el sabor de las encías? De dónde viene la música? Por que julia me ama tanto, porque le molesta que ignore cuanto julia lo ama? Quien es julia? El nunca contó a nadie cuanto llegó a amarla. Se está volviendo loco, o esta besando a julia? No. No estoy loca, yo sé que estoy escribiendo, yo sé que soy julia, y sé como la amo. Me gusta acariciarla y enredar sus pequeños pies con mis gigantes pies. Yó soy julia, a él le gusta enredar sus gigantes pies en los míos, no puedo evitar tomarte entre mis brazos y hacerte cosquillas, hacerte mía, para luego sentirte suspirar, el corazón agitado que parece temblar junto al mío ¿junto al mío? És el mío, yó soy julia, yo la estoy besando mientras escribo que la amo, pero lo digo, y las palabras carecen de sentido. ¿Qué importan las palabras? Que importa lo que escribo? Tan sólo importa que yo sé quien soy, aunque no pueda evitar sentir que miento al escribir, por que también me importa julia, y como me ama, me importa mucho más julia que ninguna otra cosa. Desde la primera vez que la vi, ella jugaba, apenas si me miró. Era una niña y saltaba en un pie, recogía una pequeña piedra, la lanzaba, y volvía a saltar, la amé, amé su sonrisa y la manera en que combatía la gravedad, tan pequeña, tan ingenua. Falso, todo falso, yo soy la que ve a aquel chico sentado, mientras él fuma y yo juego y lo amo. Yo soy la que salta con una mano sosteniendo la pollera para que no me vea las piernas, y a su vez no quiero ocultarte nada, quiero que me beses como tantas veces, es amor a primera vista? No, yo la amo desde hace tanto, te amo julia. Si cierro los ojos ya no te veo, sólo siento el sabor del tabaco, el humo en cada pitada. Siento la mano que escribe, oigo la música y la pluma en el papel, yo también la oigo. Estará escribiendo cuanto disfruto de la música que ahora suena como distante? Estará escribiendo cuánto te amo? Es inútil querer averiguarlo, si abro los ojos de nuevo estas vos, el juego, la niñez, la cama, nosotros dos. Vos fumando, mirando, deseando, el gusto a tabaco, como me ama. Si los cierro me caigo, no puedo saltar en la habitación mientras me besas, mientras el jazz…mientras el jazz suena, mientras el jazz juega.
Quiero saber! Soy yo? Esto es la vida? Estoy escribiendo sobre papel? Es acaso tan solo un cuento? Si dejo de escribir, terminará el juego? Dejaré de amar a julia? Quiero seguir jugando, quiero seguirte amando. No puedo escribir eternamente… ¿o si puedo?
Quiero estar así, nunca me sentí tan amada. Quiero avisarte, que vengas a donde escribo, no quiero que todo acabe y no sepas donde buscarme, vení ahora, puedo escribir hasta que me encuentres, puedo sostener la música (¿yo mismo la estoy tocando?) puedo besarte mucho más, puedo hacer trampa, empezar de nuevo. Demorar el juego hasta sentir tus manos. O es mejor que sea tan sólo esto? Besarte en esta habitación, en donde puedo amarte hasta que se acabe. No, me niego ¿Cómo es mi vida si esto acaba? Qué sigue a tu mano acariciando mi pierna? Cómo son las paredes que me rodean? Ni siquiera sé si hay música en mi vida o si alguien me hace cosquillas antes de dormir a mi lado. Vení julia, quiero tenerte, si yo soy julia, quiero que me tengas. Voy a escribir hasta que tu mano detenga la mía, hasta sentirte cerca de mi espalda. Tan cerca que pueda oír tu respiración. Hasta entonces, voy a escribir, cualquier cosa, no importa, palabras, ropero, músicas, codos, tú codo, árboles, mandarinas, sábanas, silencios, armonía, paréntesis, cansancio, soledad, deseo, ojales, no importa qué, no importa mas nada que vos, tu frente, el sudor, el labio mordido, los lunares, el meñique, la nariz, una muela, otra y toda la boca, la boca entera, entera toda tu boca húmeda, el sabor a frutas, o a tabaco, tampoco importa, solo estoy escribiendo. Escribiendo hasta que vengas, quizás leamos luego, y ambos riamos al leer que te amo, que los árboles son verdes, y todas las casas tienen puertas, y baños, o un solo baño, pero en todas ellas te amaría de igual forma, en diferentes modos, diferentes tonos, en diferentes rojos. Te amaría en azules, en violetas, sobre el piso, o en colchones pequeños, en los que solo entramos uno dentro del otro, en donde tan sólo seamos uno, como ahora, que espero a que vengas cuando en realidad estoy con tigo, con julia. Cuando en realidad, te estoy besando y escribiendo que te amo, hasta sentir tu respiración en mi espalda, hasta que el aire tibio me erice la piel y recorra todo mi cuerpo, haciendo dudar al corazón, haciéndolo vibrar, haciendome temblar. Lo estoy sintiendo? Está pasando? estas ahí? Tan cerca que puedo oír tu respiración? La mano que se posa sobre mi mano ¿es tu mano? Estás intentando que deje de escribir? Acaso me encontraste? Tengo miedo, si es parte del juego?... ¿si estoy haciendo trampa? No importa, voy a arriesgarme. El simple hecho de pensar que quizás estés ahí, es suficiente para frenar ahora mismo. Así puedo tomarte de la cara y no soltarte más. Si suelto la pluma y no estás, saldré a buscarte. Aunque te sienta aquí, tan sólo por las dudas Lo escribo para que sepas, que voy a buscarte. Que cuesta escribir un poquito mas? sólo por las dudas, por si la mano que siento sobre mi mano, fuese tan solo parte de lo que escribo, tan sólo por si no llegaras a estar aquí, a mi espalda suspirando sobre mi cuello. Tan sólo para poder decirte, antes del punto final, antes de soltar la pluma y tomar tu mano: si no estas aquí, voy a buscarte.

miércoles, 29 de abril de 2009

"Primera clase"

Salíamos siempre muy apurados, apenas mi viejo salía de viaje y su auto se perdía al doblar la esquina, mi vieja corría a la pieza y sacaba la maleta lista escondida bajo la cama. Nos vestía a las apuradas -mi hermana siempre tardaba mas, era una coqueta- y en un pestañear
Estábamos en el andén de la estación esperando el tren. Corrían los 60´, no era facil conseguir un pasaje sin anticipación, pero mi vieja ya la tenia sabida.
Casi siempre conseguíamos un solo asiento, que era, ampliamente suficiente. Felices y ansiosos subíamos al viejo tren marrón, ese que nos llevaría al norte, con nuestros primos, los caballos, y a esa especie de libertad que sentía de niño al pisar aquellas tierras altas y vírgenes o al mojar los pies en el arroyo frío.
Apenas subíamos, mi vieja agarraba una de las dos pesadas bolsas que llevaba consigo -además de la valija- y se instalaba en el baño del vagón durante quince o veinte minutos, luego salía, y hablaba para todos los presentes: “Wai! Aquellos que usen el baño, que lo acabo de dejar impecable”. Moviendo al ritmo del tren sus hermosas caderas se sentaba en nuestro asiento y nos informaba sobre la situación higiénica del vagón. Miraba concentrada el piso entre los asientos enfrentados y, bajo estupefactas miradas, se ponía a limpiarlo. Al terminar, estiraba un nailon, y arriba le amndaba una o dos frazadas… mi hermana y yo ya estábamos acostados en una hermosa cama de dos plazas, envidia de todos los demás pasajeros que viajaban en sus asientos no-cama. Así, tapados hasta el cuello, y entre sueños y zapatos recién lustrados, nos abandonábamos al mundo de los sueños dejando atrás la ciudad, el día, y las clases de piano y matemática.
Nos despertábamos bajo un cielo limpio, y con una taza de café con leche, masitas y el sol de la madrugada reflejado en el rostro de mi vieja que miraba por la ventana, cómo el cielo tocaba las extensiones de tierra donde había nacido(no sin dejar escapar una que otra lágrima, ésas de felicidad que brillan un segundo, como una gota de rocío atrapada en la tela de una araña, y luego se pierden en la sombra de la nariz reflejada en las mejillas).

martes, 28 de abril de 2009

Mañana de marzo

Una hoja en el aire, son dos,
y vos ahí,
que lindo mirarte entre las hojas.
El viento parece llevarte con ellas
se lleva tu pelo color otoño
hacia el cielo gris y juega con él
como vos jugás con las hojas.
Si pudiera pintarte, serías el sol
Pero no puedo, entonces sos vos
Entonces sos este insomnio de roble
Entonces sos solo una mancha en la pared.

Anna

Me encuentro caminando esta calle que caminamos tantas veces juntos, tantas en verdad, bañados por este azul-noche que ambos conquistamos una vez, mil veces. Aunque ahora la camino solo, estoy con vos anna, esta noche y también aquella, estoy con vos, por que aunque no estas aquí, te tengo a mi lado, o quizás dentro, a mi lado y dentro, metida en mis huesos, hasta los huesos, sin quererlo, te lo juro. Sin quererlo caes en mil astillas sobre mi, en cada gota de lluvia te siento mojarme, empaparme de vos, estoy húmedo de vos anna, agacho mi cabeza mirando el suelo lleno de pequeños charquitos de vos, intento no pisarte, pero es inútil, estas en cada baldosa rota, allí te vuelves a unir, aunque sea en pequeños trozos, puedo ver pequeños fragmentos de vos, anna, recién vi tu corazón, desnudo, y más adelante, aquel lunar que tanto besé alguna ves, vos no lo sabes, no conoces ese lunar, en esa parte de tu espalda que te era ajena a ti misma, ahí donde te besaba siempre, y mas cuando te dormías, ahora lo sabes, ahora entendés por que siempre te daba besos en ese mismo lugar, recién lo ví, en ese pequeño charco de vos que no puede evitar pisar. Por que si no lo pisaba, si no aplastaba aquel lunar, inevitablemente me habría sumergido hasta la rodilla en esa dulce laguna de tu panza que respira pausadamente entre las raíces de ese plátano.
Te lo juro, no quiero sentirte en la lluvia, no quiero verte delante de cada paso, ni en el cantero de aquel árbol, pero levanto la mirada y entonces veo miles de destellos, todas tus sonrisas, todas tus formas de mirarme, anna tus ojos caen del cielo hacia mi y humedecen los míos, una vez, quizás dos, abrí apenas la boca para dejar entrar un beso tuyo con sabor a cigarrillo o a helado de chocolate, te acordás como nos gustaban esos besos?. Yo si, y por eso me refugio de vos por un momento, debajo de este balcón, poco a poco empezás a dejar de llover, y ahora solo lloviznás, pero ahora caes mas lenta anna, ahora puedo verte mas nítida en cada gota, hasta siento tu perfume y el color de tu pelo enredado, son todos recuerdos hermosos anna, te acordás de aquella noche?, la primera, en la que todo empezó con mis labios acariciando casi casualmente el filo de tu oreja, al hablar (si, hacia trampa, te acariciaba a propósito), luego tu mano, no toda, sino la punta de tus dedos, que acariciaban mi brazo, también como sin querer, después, solo unos instantes –eternos- después, con mi labio te regalaba palabras suaves y llenas de deseos, que rozaban tu mejilla, siguieron tus dedos, que se convirtieron en toda tu mano, incluso tus brazos que me abrazaban muy fuerte -tan fuerte- por que fue así; vos seguro no te acordás, pero primero fueron tus brazos enredados en mi, primero el abrazo, y solo después, aquel beso, anna, aquel beso que detuvo los tiempos, y se adueño de la noche con todas las estrellas y gran parte de la luna, ese beso que venció las distancias y apaciguo todos los mares, si, por que en ese instante las olas abandonaron los mares, para entrar en mi boca, a través de tus dientes, represa inútil ante la fuerza de-las-olas-de-los-siete-mares, que habría vencido irrevocablemente a Gustave Eiffel o a cualquier otro ingeniero , por que nadie es capas de construir represas para el amor anna, si, ¿por que no?, el Amor.
Realmente fue hermoso aquel beso, realmente te estoy agradecido anna, quizás nunca supiste, quizás aun no sepas de todas las olas que me regalaste, ni de cómo detuviste este y todos los mundos. Quizás no sepas que en ese y todos los besos, y todas las sonrisas que me diste, en cada anochecer, cada amanecer, noches enteras vividas juntos desde la luna hasta la no-luna. Quizás no sepas que en ellas me regalaste eso que aun tengo, eso que no cambiaria por otra vida ni por todo el helado de chocolate de la vía Láctea. Aquello que ahora se desvanece por los bordes de las calles y dobla en aquella esquina. Por que ya dejaste de llover, por un momento te dejo ir. Escribiéndote así, es como hago que dejes de llover.
Primero dejo que me mojes un poco, y luego te nombro y te recuerdo, y así te ahogas en mis palabras y me das un respiro, me dejas por un tiempo. Hasta que te vuelvo a extrañar como hace un momento y entonces, (no me queda otro remedio, te lo juro anna) simplemente busco una lluvia, una noche, y otra calle como esta, y me sumerjo en vos, una vez más me sumerjo en vos, anna, y entonces me volves a abrazár, me besás y me invitás a nadar a tu lado. Siento una vez más tu dulzura, el enojo, y tu aroma al levantarnos o al no acostarnos. Tan solo para luego dejarte ir por las calles, doblando aquella esquina.
Por que es tan fácil anna, es tan fácil dejar que te vayas sabiendo donde volver a buscarte, sabiendo que sólo yo te poseo de esta manera, que sólo yo te revivo en la lluvia…. Chau amada mía, hermoso rostro, dibujo de mujer, lluvia, gota, boca, lunar, niña, tatuaje, tormenta, rocío, adiós mi Pequeña, mi pequeño mundo florido.

lunes, 27 de abril de 2009

Porque el yo es un mar inconmensurable, me como las uñas.

El colectivo avanza en linea recta, hacia el centro. Así de simple. Hacia el centro, en linea recta. Nuevamente me asaltan este tipo de pensamientos, comparaciones, asociaciones estériles, de alguna forma debo sacarlas. Llego a casa, tengo Internet, por primera vez –cuidado, es un envudo, y te traga con fuerza. Es un mundo muy facil, y en el que se está muy bien- empiezo a escribir, y realmente me dá escalofrios pensar en la gente como un colectivo que avanza, una masa de formas tejidas a mano, que avanza por laberintos insondables, sin frenos, avanza –si, por que pensar que retrocedemos, o que vamos para atrás, es totalmente inocente, no nos queda otra q poner un pie delante del otro, quizás algunos más lento, otros más rápido, pero para adelante, siempre-. Busco refugio en las palabras, que me niegan la fluidez de mis pensamientos, ¿por qué tengo que pensar las palabras?, ¿no deberían fluir como fluyen ahora las ideas de mi cabeza? Tengo que esperar por cada una de las palabras, de dónde caen?, de dónde vienen? ¿Son de un conocimiento anterior a todo esto, anteriores al verbo? ¿Acaso alguien me enseñó algo?. El colectivo se desvanece, es muy grande para verlo todo, hace poco leí que somos flechas arrojadas por nuestros padres, que son meramente la mano q la lanza, sí, es más tranquilizador pensarme como flecha, -acompañada por miles- pero sola en su camino en línea recta. Sólo en los sueños abrazamos el aire y detenemos la marcha, nos volvemos eternos. Sólo me queda respirar gustoso, y abrir los brazos y las manos y tomar lo que desee tomar, a mi alcance. Así, creo, disminuimos la velocidad, hacemos del viaje algo más verdadero, sabiendo q sólo es un viaje en el q vamos todos, iguales ante el tiempo, la velocidad, Dios. Y sólo nos queda tomar con nuestras manos aquello q realmente deseamos. Tenemos manos infinitas, si, puedo agarrar todo lo q encuentre a mi paso, sí, haré así el viaje mas lento, pero tambien mas pesado, todo aquello q realmente tome por el simple hecho de que estaba ahí cuando pasé, me encorva la espalda, y tensa mis musculos, los agota. Creo que el gusto debe estar en ir livianos, no por llevar poco, sino, por llevar todo aquello que no le pesa al corazon, eso que es infinito.